martes, 26 de abril de 2016

Relato

Recuerdo el día en que mis padres me dijeron que iban a comprar una pequeña parcela en las afueras de la ciudad. Yo era muy pequeña por aquel entonces. Recuerdo llegar y sólo ver árboles; en general todo naturaleza. Si cerraba los ojos, no podía alcanzar a escuchar el sonido del motor de los coches. Sólo escuchaba el sonido de los pájaros piando alegres aquel día de primavera tan espectacular. También recuerdo que otras personas con una finca en el mismo campo, algunas, rescataban animales - en su mayoría gatos - de las calles en sus pueblos, los curaban y después los soltaban en el campo con el fin de que tuvieran una vida libre y mejor. Una vez soltaron a una cría de gato siamés el cual al instante me cayó bien. Era el animal más noble que jamás había y habré conocido nunca. Daba igual que me portara mal con ella, que nunca me arañó o mordió, siempre que iba a algún lado salía conmigo y cuando dormía se quedaba toda la noche esperándome detrás de la puerta. Crecimos juntas y pude verla con poco meses de vida hasta que era una gata adulta.
Hubo una etapa en mi vida en la que no tenía amigos y deseaba que llegara el fin de semana para poder ir a verla. Se convirtió en mi mejor amiga por años. La quería tanto. Me divertía tanto con ella que me daba igual todo mi alrededor. Para mí ella no era un simple gato; era como parte de mí. Siempre que estaba mal ella lo sabía; iba detrás mía sin hacer ruido y cuando me sentaba a llorar refregaba su cuerpo y maullaba en forma de: ''todo va a salir bien''. Pero lo más importante para mí no era el hecho de tener una amiga a pesar de que fuera un animal. Para mí lo más importante fue que al poder conocer esa gata y a aquel tiempo en el que no tuve amigos, fue cuando descubrí que me encantaban los animales y descubrí la unión tan fuerte que puedes tener con un animal. Descubrí que la felicidad no tiene porqué dártela un humano sino que simplemente un animal, una vez a la semana, te puede hacer mucho más feliz de lo que te imaginas.
Y este relato es real; es mi historia. Y no sólo lo escribo para contar este fragmento de mi vida; sino que quería contároslo para que reflexionéis. Porque hace ya un par de años que mi mejor amiga me abandonó y quería dedicarle esto. Porque siento un vacío en mí. Así que pensad; si tenéis una mascota tratarla como a un amigo porque es lo que realmente debería de ser.

 

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